“Nunca me ha convencido el punto de vista que sitúa a la serpiente como el villano en la historia de Adán y Eva. En cuanto se lo piensa un poco, la serpiente no obliga ni engaña a Eva, ni mucho menos a Adán. Apenas si le sugiere a Eva probar el fruto prohibido. La serpiente seduce, pero no amenaza. Eva podría haber rechazado su incitación sin riesgos. Adán también.”